miércoles, 28 de julio de 2010

La fortuna acertada de mi amigo Eddy Roma y su entrevista con MEGADETH




Vida

Descarga musical con Dave Mustaine

Megadeth: el derecho a serthrasher
La banda de thrash metal no permitió respiro alguno a los espectadores reunidos en Forum Mundo E.

Eddy Roma, especial para Siglo 21


Megadeth no es una banda que gaste discursos. Si algo tiene que decir, lo hace tocando. No necesitan juegos pirotécnicos, toda la espectacularidad la concentran en la música. Esto, según lo presenciaron las personas que asistieron al concierto que la agrupación estadounidense ofreció el pasado jueves 13 de mayo en el Forum Mundo E. La entrega musical fue la penúltima escala de un recorrido que visitó 12 ciudades latinoamericanas. El motivo, el homenaje al 20 aniversario de edición del álbum Rust In Peace, una de las obras maestras del thrash metal. En esta ocasión,Metal Requiem representó a la escena metalera local

A repartir metralla

Si en la presentación de Metallica abundaron las personas que apenas conocían dos canciones del grupo, la asistencia de cientos de roqueros enfundados en playeras negras hacía prever que se viviría un ambiente muy distinto con Megadeth. Había ansiedad por una descarga que lo rompiera todo.

A las nueve de la noche comenzó la intervención de Metal Requiem. El público aprobó el desempeño de la banda al armar el primer mosh de la jornada. El bateristaSkullcrusher diseñó una base percutiva que permitió el despliegue de sus compañeros. Una hora más tarde, la aparición de Megadeth fue precedida por las notas de Black Sabbath, la pieza fundadora del metal en todas sus vertientes. 

Las cámaras registraban el momento a medida que cada músico ocupaba su puesto en el escenario. El ingreso de Dave Mustaine, ya una leyenda en el mundo del rock, con su guitarra Flying V al hombro, provocó la felicidad y la aclamación entre el público.

Empezaron con Dialectic Chaos This Day We Fight. El mosh incrementó su poderío con In My Darkest Hour, la canción que Mustaine dedicó al desaparecido bajista Cliff Burton. Tras una breve pausa, desprendieron las nueve canciones incluidas en Rust In Peace, su alegato contra la guerra, la devastación nuclear y las verdades dichas a medias. Holy Wars… The Punishment Due y Hangar 18 reafirmaron su condición de clásicos del metal

En la siguiente fase, Mustaine instruyó al público para que coreara el títuloHeadcrusherThe Right To Go Insane dio paso a la emotividad de A Tout Le Monde y al frenesí desatado por Symphony Of  Destruction. Para el último tramo, Mustaine se desprendió de su camisa, se colgó su viejo cinturón de balas y renovó créditos con Trust, Peace Sells y la repetición del ataque de guitarras de Holy Wars.  

En escena

Dave Mustaine vivió cada canción, empuñando sus manos o apretándose la cabeza mientras susurra entre dientes. Si antaño Mustaine permanecía quieto en su lugar, hoy se desplaza por todo el escenario. Sus gestos evidenciaron complacencia ante la recepción que tuvo. La sección rítmica formada por Dave Ellefson al bajo y Shawn Drover a la batería ofreció una base limpia y precisa para cobijar la contundencia de losriffs y la ejecución de los solos, intercambiados entre Mustaine y Chris Broderick. Los años no pasan en vano: cada vez son mejores instrumentistas. Con todo, el sonido consiguió ajustarse recién en el último tercio del concierto.


 

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