martes, 12 de octubre de 2010

Se cumplen hoy 40 años de la muerte de Janis Joplin, leyenda trágica de la música popular del siglo XX.

elPeriódico, Guatemala
4 de octubre de 2010
Jorge Sierra

Era una fascinante contradicción andando. Murió con apenas 27 años de edad. Estaba abrumada y era profundamente vulnerable, fría y tímida, con estilo y directa, indomable y masoquista. Cuando cantaba evocaba las grandes fuerzas que subyacen en el blues más doloroso, pero con postura rock, de ahí sus gritos, pero igual era una manera de expulsar su propio dolor y tensión asomadas en forma colérica. En sus mejores momentos, que hoy pueden verse en YouTube, Janis Joplin o La Rosa, como le llamaban, derramaba a borbotones emoción e intensidad sin adornos. Este lunes 4, se conmemoran los cuarenta años de su muerte, por tratarse de una de las más grandes cantantes de rock y blues de la década de los sesenta, es decir, de la era de la sicodelia.

Es bueno tomar

“¿Qué bien puede hacer beber? Puedo beber toda la noche, pero al día siguiente todavía me sentiré triste”, decía Janis Joplin con convicción, en su primer tema grabado, "What Good Can Drinkin Do". Y así como este, la mayoría de sus canciones eran claramente autobiográficas. Fue una vida un tanto atormentada, quizá desordenada, excéntrica y difusa. Y como expresaron sus padres, “desde niña era infeliz e insatisfecha con lo que le dábamos. La normal armonía no le parecía la adecuada”. Sus padres texanos, pertenecían a la Iglesia de Cristo, y eran profesionales. Sin embargo, ella desde niña cultivó la rebelión.


En una entrevista hecha por David Dalton, para Rolling Stone, y que luego escribiría incluso un libro, Joplin le dijo: “Soy víctima de mis propias interioridades. Hubo un tiempo que quería saberlo todo… y acostumbraba hacerme muy infeliz. Todo eso sentí. Entonces no sabía qué hacer con ello. Ahora he aprendido hacer que los sentimientos trabajen por mí. Estoy llena de emoción y quiero soltarlo. Y es que cuando se está en el escenario y eso sucede realmente, logras que el público esté contigo, y despiertas una fuerte identificación”.




Arremete en su voz

Esa identificación con su público fue palpable. Los videos documentan lo que sucedía a su alrededor cuando cantaba, así como sus habilidades vocales, como en esa versión de Ball and chain, en Alemania, en 1969, donde el público no deja de admirar esa loca, explosiva y dramática interpretación que realiza. Y así ocurrió en los grandes escenarios (Madison Square Garden, Hollywood Bowl) con sus emblemáticas canciones como "Piece Of My Heart", interpretada en el mítico Festival de Woodstock. Su voz grave y desgarradora y además ágil, encaraba con facilidad ese rock blues en temas como "Remember", "Misery’N", "Cry Baby", "A Woman Left Lonely", "One Night Stand", "To Love Somebody", o su delicada y al mismo tiempo estremecedora versión de "Summertime", un clásico de George Gershwin. Llegó a grabar cuatro discos en el estudio de grabación, siendo Pearl (1971), su obra maestra, la que le llevó a lo alto y le afianzó el título de leyenda. Se han lanzado otros registros más sonoros en vivo.


Desde adolescente comenzó a cantar. Influida por Bessie Smith, Odetta y por Leadbelly, uno de los más populares cantantes y pianista de blues de principios del siglo XX. Y todos negros. Vivió básicamente tres períodos musicales, uno con el grupo Big Brother & The Holding Company, otro con la Kozmic Blues Band, con la que viajó a Europa, y la tercera, con la Full Tilt Boggie Band, de la que ella expresó: “¡Esta es mi banda! Finalmente esta es mi banda”.

Tormento lisérgico

Su adicción a las drogas y al consumo exagerado de alcohol comenzó cuando se trasladó a vivir a San Francisco en 1963. Vivió a plenitud la era hippie. Y se dejó llevar por el ambiente. Dos años después, el consumo de heroína y las anfetaminas empezaron a hacerle daños físicos (adelgazó), le persuadieron para que regresara a Texas. Hubo indicios de cambio. Se apartó de las drogas y retomó sus estudios en la Universidad. Incluso hubo un fallido plan de casarse. Tuvo su recaída tres años después, cuando volvió a California. Hubo otra ocasión de salir de esa tortura lisérgica, en febrero de 1970, cuando viajó a Brasil. Para entonces tenía como pareja al profesor David Niehaus. Pero reincidió al regresar a EE.UU. Estaba grabando Pearl, en Los Ángeles, en octubre de 1970, cuando fue encontrada en su habitación del Landmark Hotel, en Hollywood, muerta por sobredosis. Una de las canciones que no concluyó fue "Buried Alive In The Blues", que para asuntos de lanzamiento, fue dejada instrumental.


Janis Joplin tuvo una breve carrera, pero como devela su vida, pareció haber vivido siempre al borde de la autodestrucción. No es exagerado anotar que Joplin fue como una versión de Edith Piaf, en el rock.